Los Animales Tótem
Mara Labandeira
Frente a las vicisitudes, uno recurre a lo más instintivo del ser, abraza al gato, al perro, a la mascota o las personas queridas que tenemos cerca. De manera literal, no nos damos cuenta que lo que hacemos es intentar absorber de ellos lo que nos hace falta
Las culturas ancestrales, las que vivían en contacto con la naturaleza, las que no recurrían a nada que soslayara el esfuerzo, también.
Las culturas en las que me concentré son las que tenían al Bisonte como principal fuente de materia prima, sesgada por la colonización al igual que el resto de las culturas antiguas del total de los continentes, a lo largo y ancho de este bellos mundo.
Por alguna razón que desconozco el Bisonte me llamó la atención desde muy pequeña. Por alguna razón que desconozco, es el primer cuadro que vendí de esta serie.
Investigando, leyendo y escribiéndome con descendientes de los más antiguos moradores de las tierras del norte, llegué a comenzar con esta travesía de los animales tótem, con certezas. Ellos fueron un recurso para mi adaptación al cambio, al desarraigo y al alejamiento de mis seres más queridos el día que me mude.
Venir a Bariloche fue mi única manera de manejar el duelo, la pérdida y la angustia que todo eso me producía, estas tierras que las camine casi todas siguiendo los rastros de pumas en algunas partes o el vuelo paciente de los Cóndores, los rastros del Pudú y la Mara, recolectando hierbas y flores de sotobosque, piedras que ocultan la preciosidad bajo la fina capa de tierra son mis tesoros y mis premios
Viviendo en constante comunicación con la naturaleza se calma el alma, se cura, se nace otra vez “el motor de la vida es el vínculo, todo esta enlazado nada es autosuficiente” a las largas caminatas se sumaron las largas sesiones de pinturas miniaturas, donde intenté mostrar a los animales tótem para el curioso aguerrido que llegue a perforar la superficial película de óleo y encuentre en el alma de la imagen a su tótem personal del momento.
Mara Labandeira