Contra la erradicación de cualquier tipo de violencia hacia las mujeres

Por Carolina Biscayart
Vicedecana CRUB – UNCo Bariloche

(Extractos)

Nuevamente un 8 de marzo. Cuando un día se diferencia en el almanaque no es motivo necesario de celebración. En la mayoría de los casos es un primer paso a la visibilización, a la integración necesaria de partes y componentes de la humanidad, que precisa y precisó de un gran recorrido del que da cuenta la historia.

Muy lejos de este contenido están los mensajes vaciados del significado de la verdadera sustancia que implica este recordatorio: el  componente vital de lucha, este grito de mujeres trabajadoras que se animaron a pelear contra la explotación del patrón y del patriarcado.  No podemos ni debemos reforzar la banalización que fomentan los medios de comunicación masiva. No podemos ni debemos dejar de cuestionar cierto reduccionismo, por más bien intencionado que sea, que se traduce en el envío de mensajes que desean “feliz día de la mujer” o que estimulan un nuevo encasillamiento estereotipado de las mujeres como agasajadas consumistas.

Nos enorgullecen los derechos ganados a nivel nacional, muchos logros de vanguardia para nuestra región latinoamericana. Logros en materia de educación para las niñas, trabajo femenino remunerado, voto femenino, ley de cupos, participación en política militante, divorcio vincular y patria potestad compartida,  primeras leyes contra la violencia familiar y su prevención, contra la violencia de género como lo es por ejemplo la ley Micaela, la ley de interrupción voluntaria del embarazo, entre otras conquistas. 

Vaya nuestro reconocimiento a nuestras ancestras por transitar la vida en desigualdad y poner semillas en los canteros de la lucha, el acompañamiento y la verdad, y también vaya nuestro reconocimiento a las niñas y jóvenes que visibilizaron en acciones ese grito milenario y se pusieron al hombro esta lucha que enseña a sus mayores y allana el camino de las por venir.

Este Día Internacional de la Mujer sintámonos convocades a la reflexión, al esfuerzo constructivo y sumamente revolucionario de trabajar por la creación de vínculos de paridad con organización y protagonismo de las mujeres, que creemos es el camino para construir una sociedad con igualdad en todos los ámbitos de la vida y para avanzar en una utopía necesaria: la erradicación de cualquier tipo de violencia contra las mujeres.

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